Saturday, April 16, 2011

Las Vegas

Hoy hago la excepción y traigo a un artista invitado: la ciudad de Las Vegas. He vuelto recientement de Vegas y es uno de esos lugares, de los pocos que conozco, que te obliga a rebuscar entre los adjetivos más extremos para encontrar un modo de describirlo. Y entre lujo, gourmet, barato, plástico, alcohol, humo y dinero; entre todo, ahí vive Las Vegas.

Cuando uno aterriza en Nueva York lo hace rodeado de agua, con el Hudson River y el East River bordeando la ciudad, y el Atlántico al fondo. Cuando uno aterriza en Vegas lo hace entre arena, y de la nada, en medio del desierto, aparece como un espejismo la ciudad plastificada.

Cuando piensas en Nueva York y Vegas inicialmente piensas que tienen muy pocas cosas en común. Pero resulta que las pocas que sí tienen son sorprendentemente parecidas. A ambas les fascina el uso abusivo del aire acondicionado, la obsesión por los restaurantes, los escaparates con las marcas más caras del planeta, las temperaturas extremas, el dinero y las luces.

Vegas es Disneylandia para adultos. La gran diferencia es que se substituye la tienda de golosinas por los bares de copas y la media de horas de sueño es mucho menor. Vegas nunca quiere saber qué hora es. La gente mira poco el reloj y el hecho de que no haya ventanas al exterior crea la idea de vivir en un mundo de ensueño en el que no se sabe si es noche o día, todo ello mientras sacan a chorro oxígeno por las salidas del aire acondicionado para que no te duermas.

En Nueva York en cambio uno no olvida nunca la hora que es. Es imposible huir del reloj ni de las horas exactas. La ciudad de Nueva York está cronometrada. No se puede perder el tiempo, en cambio a Vegas casi siempre se va a eso.

Nueva York y Vegas coinciden en un componente básico: el azar. Vegas vive del azar y de la búsqueda de la combinación ganadora. Nueva York también representa esa búsqueda de la persecución de un sueño. La gran diferencia entre ambas es que a Vegas se va para un tiempo, se va a jugar un rol, a ser actor por unos días, pero el mayor porcentaje de quienes pasean sus calles están de paso, uno siempre deja Vegas. En Nueva York, en cambio, el juego nunca se acaba.

Y en cierto modo ambas ciudades son islas. Son lugares aislados en el que conviven los extremos y donde las cosas que empezaban siendo extrañas y curiosas acaban siendo simplemente cotidianas. Manhattan es la isla entre agua y Vegas es la isla entre desierto y para ambas las luces y el azar son su oxígeno y su mayor miedo son las palabras  ´Game Over´.

2 comments:

  1. ny tiene que ser increible, a mi me encantaria ir este verano, a ver si se puede jej!
    besitos

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  2. Yo sólo he estado en Las Vegas una vez, pocos días y con poco dinero. Así que creo que tengo una versión aún peor de lo que objetivamente es. Claro, NY con dinero tb es mejor, pero sin dinero sigue siendo genial :)

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